Ocurrio el domingo, una candidata del PP demuestra su poderío y altanería, como una niña consentida, no vale, no vale, un, dos, tres, pollito ingles.
Como una urraca revoloteando por la mesa, Maite Huerta en todo su esplendor democrata, no hay anillos, no hay oro, solo el voto de una discapacitada noruega acompañada por otra candidata socialista que empuja el carro de la votante.
No hay comentarios:
Publicar un comentario